VARIANTES DEL CORONAVIRUS 19

DESDE ALPHA HASTA ÓMICRON

	Autora:
	Esp. Wendy Urdaneta C.I. V-11.977.793

RESUMEN

El Artículo Científico, aborda la temática de la amenaza biológica prevista en la enfermedad infectocontagiosa generada por el nuevo Coronavirus 19, observada a la luz de las variantes de esta amenaza biológica, para tal abordaje fue considerado el tempo-espacio de los dos años transcurridos desde su aparición en la República Popular China, en esta dirección fueron tratados aspectos concernientes a su origen, consideraciones, variantes surgidas hasta la variante Ómicron cuyo primer caso fue detectado en la República de Sudáfrica, considerando para ello, la posición asumida por la Organización Mundial de la Salud entre otras fuentes de interés para el abordaje de la temática en mención.

Descriptores: Amenaza Biológica, Enfermedad Infectocontagiosa, Coronavirus 19, Variantes del Coronavirus 19, Variante Ómicron.

ABSTRAC

The Scientific Article addresses the issue of the biological threat foreseen in the infectious-contagious disease generated by the new Coronavirus 19, observed in light of the variants of this biological threat, for such an approach the time-space of the two years elapsed since its appearance in the People's Republic of China, in this direction aspects concerning its origin, considerations, variants that arose up to the Omicron variant, whose first case was detected in the Republic of South Africa, were treated, considering for this, the position assumed by the World Organization of Health among other sources of interest to address the issue in question

Descriptors: Biological Threat, Infectious Disease, Coronavirus 19, Coronavirus 19 Variants, Omicron Variant.

 

VARIANTES DEL CORONAVIRUS 19

DESDE ALPHA HASTA ÓMICRON

 

A Dos años de su fatal aparición

 

La Humanidad, en los albores de la segunda década de la primera centuria del siglo XXI, discurre el trance existencial, bordeando el aciago generacional ampliamente afectado por la expansión de la pandemia del Coronavirus 19 (COVID-19), apuntando como punto de inflexión, las víctimas fatales hasta el momento multiplicadas en todo el mundo, tras ser rememorado aquel 17 de noviembre del año 2020, cuando en la ciudad de Wuham ubicada en la provincia de Hubei en la República Popular China, las autoridades sanitarias, detectaron el primer paciente con síntomas respiratorios severos agudos de una enfermedad viral poco conocida.

 

A este tenor, es destacado el transcurso del tempo-espacio abarcado por dos (2) años entre tales fechas, marcadas fatidicamente por una cifra próxima a los nueve mil ciento veintiocho (9.128) decesos en el mundo, causados por su transmisión de persona a persona del COVID-19, según la Organización de Naciones Unidas (ONU, 2021).

 

Al respecto vale enmarcar, al COVID-19 como una amenaza biológica, de acuerdo con Blaikie, Cannon, Davis y Wisner (1996) comporta, “microorganismos letales responsables de enfermedades epidémicas del hombre, epizootias como la ictericia hematúrica y la fiebre del cerdo y enfermedades de las plantas. Los insectos y otros animales pueden trasmitir enfermedades” (p. 105) cuya letalidad, viene desembocando en el tiempo pandemias que han puesto en vilo la salud y la vida, como sucedió entre los años 1918 y 1919 del siglo XX, por causa de la llamada Gripe Española considerada el, “peor brote de influenza de la historia, que mató a más de 50 millones de personas en todo el mundo” (Redacción, 2018).

A lo sumo, tal referencia de lo real, en palabras de Fontalvo (2020), evidencia, “en el pasado, el presente y el futuro la potencial afectación del desarrollo de la vida en todos los sectores del acontecer humano” (p. 5), por cuanto el COVID-19 según la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2020) forma parte de, “una amplia familia de virus que causan diversas afecciones, desde el resfriado común hasta enfermedades más graves” fijando más adelante que, “un nuevo coronavirus es una nueva cepa de coronavirus que no se había encontrado antes en el ser humano” (Ibidem).

 

Igualmente, es necesario subrayar genéricamente en torno al Coronavirus (CoV) que la OMS fijó dos (2) tipos de CoV, “el SRAS-CoV transmitido de la civeta al ser humano y el MERS-CoV del camello al ser humano”. Acerca del SRAS-CoV se alude su mutación al, “SARS-CoV-2 (Severe Acute Respiratory Syndrome Coronavirus 2, Coronavirus Tipo 2 del Síndrome Respiratorio Agudo Severo) causante de la enfermedad viral respiratoria letal” (Ibidem) conocida en el presente como COVID-19.

 

Asomando Sanz, Eiros, Tamames, Rojo, Domínguez-Gil, Fernández, Castrodeza, Pérez y Ortiz (2020) que para el año 2002, “la trasmisión del SARS-CoV-2, por el murciélago hacia el ser humano (zoonosis) en la República Popular China, causó 8422 casos y 916 muertes” (p. s/n) significadas en ese país como una epidemia, que traslada al presente conforme a la mirada crítica de Fontalvo, tras aludir que inicialmente el COVID-19 fue conocido entre las personas de ese país y el resto del mundo:

 

Como Enfermedad de Wuhan o Enfermedad del Murciélago por el plato gastronómico típico de esa localidad cuyo ingrediente principal es dicho animal, lo cual generó en el mundo estigmatizaciones vertidas en opiniones raciales ofensivas contra la población y cultura asiática, que evidentemente lesionan la seguridad individual y la seguridad colectiva. (p. 9)

 

A este tenor, la OMS (2021a) a través del enfoque comunicacional orientado por los riesgos, “utilizar el nombre «SRAS» puede tener consecuencias no deseadas, en el sentido de generar un temor innecesario en algunas poblaciones, especialmente en Asia, que fue la región más afectada por el brote de SRAS en 2003.”, por esta razón, se comprende que el acrónimo COVID-19 como denominación de esta enfermedad encuentre su raigal conforme a, “las directrices elaboradas previamente en colaboración con la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)” (Ibidem).

 

De ahí, que el Director General de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, el día 11 de febrero del año 2020, estableciera la etimología de la patología a través del acrónimo COVID-19, “compuesto por "co" por "corona", "vi" por "virus" y "d" por "disease" (enfermedad, en inglés), mientras que el 19 es por el año en que surgió este mal, identificado en diciembre pasado” (Redacción, 2020) resultando designada tal enfermedad infecto contagiosa, cual amenaza biológica transmitida por el COVID-19.

 

Variantes del Coronavirus 19

 

Ahora bien, desde la aparición del SARS‑CoV-2 del cual surge el COVID-19, la OMS (2021b) de manera conjunta con entes, “asociados, redes de expertos, autoridades nacionales, instituciones e investigadores, ha estado vigilando y evaluando la evolución del SARS‑CoV-2 desde enero de 2020”, determinando que, “las apariciones de variantes suponían un mayor riesgo para la salud pública mundial”. En consecuencia, la OMS para finales del año 2020, impulsó el empleo de las categorías concretas: Variante de Interés (Variant of Interest, VOI) y Variante de Preocupación (Variant of Worry, VOC), para priorizar el seguimiento y la investigación global de las variantes que vayan surgiendo.

Al respecto, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (2021), que las Variantes de Interés, presentan:

 

Marcadores genéticos específicos a los que se ha asociado a cambios en la unión al receptor, una menor neutralización por los anticuerpos generados contra una infección anterior o la vacunación, una menor eficacia de los tratamientos, el posible impacto del diagnóstico, o el aumento pronosticado en la transmisibilidad o gravedad de la enfermedad.

 

Una variante de interés podría requerir una o más medidas de salud pública adecuadas, incluida una mejor vigilancia secuencial, una mejor caracterización de laboratorio o investigaciones epidemiológicas para evaluar con qué facilidad se propaga el virus a otras personas, la gravedad de la enfermedad, la eficacia de los tratamientos y si las vacunas aprobadas o autorizadas actualmente ofrecen protección.

 

Al respecto, la OMS (ob. cit.) establece el siguiente cuadro, que permite visualizar, aspectos de interés de las variantes de interés:

 

Nota. Cuadro tomado de Organización Mundial de la Salud (2021b).

 

De manera similar, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, en torno a la Variante de Preocupación establecen que:

 

Existe evidencia de una mayor transmisibilidad, casos más graves de enfermedad (p. ej., mayor cantidad de hospitalizaciones o muertes), reducción significativa en la neutralización por los anticuerpos generados durante una infección anterior o la vacunación, menor efectividad de los tratamientos o las vacunas, o fallas de detección de diagnóstico.

Conforme a lo referido por la fuente, es presentado el siguiente cuadro que refleja bajo el mismo esquema del cuadro precedente, la información de interés relacionada con la variante preocupante:

 

Nota. Cuadro tomado de Organización Mundial de la Salud (2021b).

 

Vale destacar, en lo atinente al nombre de cada variante, que la OMS, conforme a lo establecido por la líder técnica de covid-19 perteneciente a este ente, Van Kerkhove, que para, “eliminar el estigma que puede generar que una variante vaya asociada al nombre de un país son utilizadas las letras del alfabeto griego” (Redacción, 2021a), esto tiene como objeto evitar la estigmatización social del lugar donde fueron tomadas las primeras muestras documentadas, al respecto el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, 2021) fija posición, tras señalar que; “el brote epidémico de COVID-19 ha causado estigmatización social y comportamiento discriminatorio hacia personas de cierto origen o contexto, así como hacia cualquier persona que se percibe haya estado en contacto con el virus”.

La Nueva Variante Ómicron

 

La OMS (2021c) el día 26 de noviembre del año en curso, convocó el Grupo Consultivo Técnico sobre la Evolución del Virus SARS-CoV-2 respecto a la variante B.1.1.529, la cual fue notificada por las autoridades sanitarias de Sudáfrica a la OMS el día 24, por cuanto, “el número de infecciones ha aumentado considerablemente, coincidiendo con la detección de la variante B.1.1.529. El primer caso conocido de infección por esta variante se confirmó en una muestra tomada el 9 de noviembre de 2021”, en consecuencia, la fuente precitada establece lo siguiente respecto a esta nueva variante:

 

Un gran número de mutaciones, algunas de las cuales son preocupantes. Las pruebas iniciales indican que el riesgo de reinfectarse por esta variante es mayor que con otras variantes preocupantes y, al parecer, el número de casos que ocasiona están aumentando en casi todas las provincias sudafricanas. Por el momento, las pruebas de PCR que se utilizan para diagnosticar el SARS-CoV-2 continúan detectando esta variante. Varios laboratorios han informado de que una prueba de PCR muy utilizada no consigue detectar el gen S, uno de los tres genes diana del virus. Debido a que ese gen escapa al diagnóstico por PCR, esta prueba se puede utilizar como marcador de esta variante a la espera de que se confirme el diagnóstico mediante secuenciación. Con este método, la variante B.1.1.529 se ha detectado a un ritmo mayor que las que han causado brotes anteriores, lo cual indica que tal vez crece con mayor rapidez.

 

Mientras, que en torno a la denominación científica de la variante B.1.1.529 por parte de la OMS, tal nomenclatura se desprende un sistema de clasificación taxonómica, conforme a la articulación, “como un árbol genealógico que se va ramificando en función de las mutaciones que se detectan. Empieza con letras como A o B y añade un número y un punto para identificar cada una de las variantes y mutaciones detectadas” (Kurniawan, 2021).

 

Asimismo, Kurniawan (ob. cit.) establece que:

 

Según ha aclarado la Organización Mundial de la Salud en un comunicado, el Comité Internacional de Taxonomía de Virus (ICTV, por sus siglas en inglés) ha tomado la decisión de saltarse dos letras por una cuestión meramente práctica. 'Nu' ha sido descartado por su parecido fonético con el 'new' inglés. 'Xi', por su parte', se ha dejado de lado porque podría confundirse con un nombre chino muy común. El presidente chino, sin ir más lejos, se llama Xi Jinping. Sobre la omisión de este vocablo, el comité de expertos recuerda que el manual de buenas prácticas para nombrar enfermedades emergentes pide evitar cualquier nomenclatura que pueda "ofender a cualquier grupo cultural, social, nacional, regional, profesional o étnico".

 

Ahora bien, en lo relativo a la variante B.1.1.529 denominada conforme al alfabeto griego con la letra Ómicron, la Médica Angelique Coetzee, Presidenta de la Asociación Médica de Sudáfrica, quien fuera la primera en alertar a las demás autoridades sanitarias sudafricanas, el potencial surgimiento de una nueva variante del coronavirus:

 

La medica explicó que todo empezó el 18 de noviembre, con un paciente de alrededor de 30 años que decía llevar días sintiéndose cansado y con dolor en el cuerpo.

 

Tenía un poco de dolor de cabeza, no tenía realmente dolor de garganta, lo describió más bien como una picazón, sin tos ni pérdida de gusto u olfato.

 

A Coetzee estos síntomas le resultaron inusuales y decidió hacer un test rápido en su consulta. Tanto el paciente como el resto de miembros de su familia dieron positivo por covid. Según explicó la médica, todos tenían síntomas "muy, muy leves".

 

A lo largo del día se presentaron otros pacientes con síntomas similares. Coetzee decidió alertar al comité asesor de vacunas del Ministerio de Salud, porque ella misma forma parte del comité. "Es fácil para mí decir 'escuchen, algo va mal hoy, he visto un panorama que no encaja con la variante delta'", contó.

 

Las primeras informaciones parecen mostrar que tiene una mayor transmisibilidad y un mayor riesgo de reinfección que otras variantes conocidas del coronavirus debido a su gran número de mutaciones, pero los científicos advierten de que es necesario contar con más información para llegar a una conclusión definitiva. (Redacción, 2021b).

 

Es así, como a la luz de lo referido por las fuentes precitadas, que la OMS (ob. cit.) emana para los países, las siguientes recomendaciones:

 

· Intensificar las actividades de vigilancia y secuenciación para conocer mejor las variantes del SARS-CoV-2 en circulación.

· Enviar las secuencias completas del genoma y metadatos conexos a una base de datos públicamente disponible, como la GISAID.

· Notificar a la OMS los casos o conglomerados de casos de infección por las variantes preocupantes, por medio del mecanismo del Reglamento Sanitario Internacional.

· Si se dispone de capacidad suficiente, y en coordinación con la comunidad internacional, realizar estudios en el terreno y análisis en laboratorio para conocer mejor los efectos de las variantes preocupantes en las características epidemiológicas de la COVID-19, la gravedad de los síntomas que producen, la eficacia de las medidas sociales y de salud pública, los métodos diagnósticos, la respuesta inmunitaria, la neutralización por anticuerpos y otras cuestiones pertinentes.

 

En torno a la metodología desarrollada en el artículo arbitrado, se denota, que sus contenidos se inspiraron en la investigación del trabajo de grado titulado: Lineamientos para la Praxis de la Seguridad Epidémica por los Órganos de Seguridad Ciudadana en el Estado Aragua; correspondiendo en este sentido, el desarrollo de la temática, aquí presentada mediante una investigación de diseño documental, aplicándose como técnica para la recolección de información de interés, la observación documental directa aplicada a las fuentes electrónicas principales y secundarias presentes en internet, dada la validez evidenciada por la pertinencia de la fuente y confiabilidad mostrada por la proximidad a la realidad del momento.

REFLEXIONES FINALES

 

La epidemia generada por el Coronavirus 19, dista el encuentro de su cura, no solamente por el surgimiento de distintas variantes, sino, por el surgimiento de múltiples variantes, que van dejando en evidencia la necesidad de alcanzar conocimientos vanguardistas que permitan elevar la calidad y eficacia de las vacunas para resistir los embates producidos por esta enfermedad infectocontagiosa mortal.

 

Esto, lleva a destacar la vigencia del distanciamiento social, que deben conservar todas las personas, ante la asunción de una nueva normalidad donde comulgan las sempiternas medidas inmediatas de prevención, tendentes a evitar la transmisión y el contagio del Coronavirus 19, así como sus mortales variantes, lo cual conduce a la elevación de las conciencias individuales, colectivas y societales, dadao que la transmisión de esta enfermedad se produce por el contacto de persona a persona.

 

A lo sumo, la Organización Mundial de la salud, a la luz del contexto pandémico del presente, no debería actuar en solitario, sino a través de la corresponsabilidad, que le asiste como ente promotor de la seguridad sanitaria en el mundo, al cual debe adicionarse comportamientos cónsonos con las advertencias y recomendaciones emitidas desde el surgimiento de esta enfermedad, hasta su última variante hasta ahora reconocida, la variante Ómicron, cuya letalidad platea, conforme a las primeras voces de advertencia, el encuentro certero de unión de las mentes y las conciencias en procura del distanciamiento físico corpóreo, que permita alcanzar la ruptura de la cadena de contagio.

REFERENCIAS

 

Blaikie, P., Cannon, T., Davis, I. y Wisner, B. (1996). (1a. ed.). Vulnerabilidad. El entorno social, político y económico de los desastres. La Red. Red de Estudios Sociales en Prevención de Desastres en América Latina. Tercer Mundo Editores. Colombia.

 

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Fontalvo Pacheco, C. M. (2020). Constructo Teórico de la Seguridad Epidémica para la Protección de la Salud y la Vida en la República Bolivariana de Venezuela. Tesis Doctoral. Universidad Nacional Experimental de la Seguridad. Caracas.

 

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Redacción (2021b, Noviembre 28). Ómicron: los síntomas de la nueva variante de covid-19, según la médica que la descubrió en Sudáfrica. BBC News Mundo [Noticiero en línea]. Disponible: https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-59455475 [Consulta: 2021, Noviembre 28].

 

Sanz Muñoz, I., Eiros Bouza, J. M., Tamames Gómez, S., Rojo Rello, S., Domínguez-Gil González, M., Fernández Espinilla, V., Castrodeza Sanz, J. J., Pérez Rubio, A. y Lejarazu Ortiz, R. de (2020). 50 Preguntas y Respuestas sobre el Coronavirus (COVID-19) [Libro en línea]. Amazing Books S.L. España. Disponible: https://books.google.co.ve/ books?id=eVHXDwAAQBAJ&printsec=frontcover#v=onepage&q&f=false [Consulta: 2021, Noviembre 23]